Imagínese asistir a una exposición en la que se presentan billetes con valor de un millón de dólares. Quizás ver un millón de dólares, así, sin más, no resulta demasiado emocionante.
Pero la obra Mi primer millón de dólares no es lo que a priori parece. Su creador, el español Alán Carrasco, quien vivió en el Perú durante algo más de tres años, decidió criticar el sistema monetario de un modo inquietante (y hermoso): calculó cuántos intis equivalían a un millón de dólares en noviembre de 1986, momento preciso del nacimiento del artista, y se dedicó a recolectar esa cantidad por diversos mercados del país. Tuvo que reunir 16 351 700 intis para alcanzar la cifra deseada. Felizmente no nació en 1991.
A través de esta muestra, el español quiere hablar de la ridícula devaluación de la moneda en curso en el país desde 1985 a 1991. En un principio, se emitieron monedas desde un céntimo de inti y billetes de hasta 500 intis. Con el paso del tiempo, antes de la muerte de la moneda y como consecuencia de la cruel inflación, llegaron a existir billetes de 5 000 000 intis. Ni más ni menos. Cinco millones de intis. Ni que decir cabe lo que esto supuso para la población: muchos se arruinaron, y todo porque una fuerza todopoderosa (la economía) dictó el valor de los papelitos sin que le temblara el pulso a nadie.
Esto es lo que denuncia Alán Carrasco en su exposición Mi primer millón de dólares, que se podrá visitar en el espacio expositivo EspaiDos, Barcelona, España, hasta el próximo 20 de octubre. La obra forma parte del ciclo expositivo Financial Crimes. Poètiques en l’era del colonialisme financer(literalmente, «Crímenes financieros. Poéticas en la era del colonialismo financiero»), curado por el mexicano Iván Mejía. Dicho ciclo se centra, según el propio Carrasco, «en las arbitrariedades e injusticias que vienen siempre de la mano del dinero y sus fieles gestores».
La exposición contempla tres piezas en diálogo: el millón de dólares en intis, un afiche con las tasas de cambio a dólar norteamericano de todas las divisas en circulación en el Perú entre enero de 1950 y agosto de 2013 y un audio envolvente proveniente del suelo de la galería en el que se oye la intervención de Hurtado Milleren el llamado fujishock. Así, la voz del ex primer ministro y ex ministro de economía anunciando los nuevos precios del inti (una lata de leche, por ejemplo, pasó de costar 120 000 intis a 330 000 de la noche a la mañana) resuena en un decorado de cifras y billetes. Quizás la limpieza formal de la propuesta provoque en el visitante un escalofrío: la disposición de los billetes, en un cuidado gradiente de más nuevo a más desgastado, hace que parezcan inofensivos, casi pictóricos, pero su gran poder (y posterior caída) muerde al imaginario. Uno acaba preguntándose por qué aceptamos el valor del dinero que unos pocos dictan y que, realmente, solo tiene valor si las dos partes así lo aceptan.
La obra de Alán Carrasco siempre tiene un contenido altamente político. Quizás su nombre le resulte familiar por la censura que sufrió el pasado mes de abril en la capital del país, cuando ARTLIMA (Feria Internacional de Arte de Lima) decidió retirar su obra Iconoclasia, un tríptico centrado en el conflicto armado del Perú, descolgándola literalmente de la pared unas horas antes del inicio del evento y sin una explicación formal y creíble por parte de la organización.
Afortunadamente, esta vez su obra ha podido ver la luz. Así que si tiene la suerte de encontrarse en Barcelona, aproveche la oportunidad para disfrutar de esta propuesta artística: seguro que le llevará a la reflexión y, muy probablemente, le entrarán unas ganas incontenibles de querer cambiar el mundo.
Dólares comparados con soles de oro, intis y nuevos soles.
(Foto: Alán Carrasco)
«El oro circula porque tiene valor, pero el papel moneda tiene valor porque circula.»
Karl Marx (1818-1883), filósofo, intelectual y militante político alemán.
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Un recorrido por las galerías y exposiciones de diversas partes del mundo. Está usted invitado, abra los ojos.
Patricia Martín Rivas
Comunicadora especializada en arte.
Por: Patricia Martín Rivas
Tags: galerías, alán carrasco, mi primer millón de dólares